martes, 8 de junio de 2010
Para no perder el hábito de estudio en verano
Que un adulto sometido a un estricto régimen de sombrilla, siesta y opíparas comidas sea incapaz de desconectar del trabajo en su mes de vacaciones es una mala noticia. En cambio, que un niño borre de su mente la rutina escolar -máxime, si no ha afianzado sus habilidades de escritura y lectura o no progresa adecuadamente en cursos posteriores- lo es también. Los profesores recomiendan que en sus casi tres meses de descanso dediquen un rato al repaso. El material escolar ofertado hoy resulta apetecible, poco recuerda al tedioso y gris al que se enfrentaron sus padres.
"Son unos cuadernos que se parecen más a los cuentos literarios y al mundo de las revistas que al ámbito académico", sostiene Mayte Ortiz, gerente editorial de SM. "Hay que integrar un factor lúdico, no se trata de crearles un agobio. Que no identifiquen los cuadernos con el curso", añade Elena Hidalgo, editora en Anaya.
"El repaso es una disculpa para que no pierdan el hábito del trabajo, su rutina. Se trata el ámbito curricular desde otra perspectiva. Por eso no se hacen sumas, sino pasatiempos, hay CD-ROM con audios de cuentos... Nosotros recomendamos dedicarle a las tareas de 30 a 40 minutos diarios, de lunes a viernes, como en el calendario escolar", explica Ortiz. La franja de edad de estas tareas incluye incluso a los pequeños de tres años que, evidentemente, aprenden a partir de juegos. La mejor hora es después del desayuno, cuando el niño está descansando intelectualmente y cuenta con todo el día por delante...
http://www.elpais.com/articulo/educacion/verano/minutos/rutina/elpepuedu/20100607elpepiedu_2/Tes
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